Como tipo especial de entierro natural, el "Árbol de la Vida" permite tener un entierro en la propia parcela. Las cenizas del difunto se mezclan con la tierra y se hace crecer un árbol con ellas. El árbol que absorbe las cenizas de este modo puede plantarse en el propio jardín.Desde tiempos inmemoriales, la gente ha deseado encontrar su última morada en la naturaleza. Un lugar de descanso en un bosque o en un jardín es una idea tranquilizadora, sobre todo para quienes están cerca de la naturaleza, cuando se trata de su propia muerte. Esta hermosa idea de la sepultura y el "seguir viviendo" en el árbol hace que las personas puedan volver al ciclo de la naturaleza después de la muerte.